El rosa no nació con Elsa Schiaparelli, pero sí lo hizo el shocking pink que revolucionó la moda: la diseñadora italiana demostró que para destacar con un tono vibrante y audaz solo necesitamos vestir de rosa. Y así cambió para siempre el destino de un color que es toda una declaración. Ya lo cantaba Kay Thompson en la película Funny Face (Stanley Donen, 1957): “El rojo está muerto, el azul está acabado, el verde es obsceno y el marrón es tabú. ¡Piensa en rosa!”. Y esto es precisamente lo que hizo Pierpaolo Piccioli para crear uno de los grandes hitos de su carrera creativa en Valentino: en colaboración con Pantone tiñó de hot pink toda su colección otoño-invierno 2022/23.


Años antes, un rosa más suave, ya había protagonizado el fenómeno millennial pink para simbolizar una nueva forma de feminidad y empoderamiento. Y es que el rosa siempre ha sido un color con un gran compromiso social. Tanto que en 2018 The Guardian lo rebautizó como “el color del activismo”, cuando el pussyhat proyect terminó de conseguir el sueño de Schiaparelli: dotar al rosa de fuerza y apartarlo del cliché de las princesas.
Con esta carta de presentación parece imposible no decantarse por el color que está relacionado con el amor, y que además nos transmite calidez y calma desde que Goethe, en su famoso libro Teoría de los colores, nos descubriera que cada tonalidad de la paleta cromática nos afectan emocionalmente. Y así es el poder que tienen las piezas de dos de las principales colecciones de RABAT: la calma que transmite el oro rosa a través de diseños depurados y minimalistas en RABAT Gold Essentials; y el amor elevado a su máxima representación en RABAT Amor Infinito.

Cadenas de eslabones que forman collares y pulseras, aros que se entrecruzan en anillos, o pendientes con forma de lágrima con un twist son las apuestas de RABAT Gold Essentials, una colección en la que el oro rosa es el único protagonista. Porque si buscamos una joya para combinar siempre (y sobre todo en verano), qué mejor que elegir una pieza inspirada en los rayos del sol, que brille eternamente y que llene de luz cualquiera de nuestros looks de día o de noche. Sus líneas limpias inspiradas en la estética de finales del siglo XX hacen que estas joyas hagan match tanto con looks de playa como con outfits de noche: el oro rosa es infalible con el negro, eleva cualquier conjunto de inspiración marinera (cuando lo pruebes con azul marino y blanco no querrás quitártelo) y, por su calidez, es el mejor aliado de los tonos tierra que tanto utilizamos ahora en consonancia con las tendencias étnica y safari.
Pero si lo que buscas es una declaración de amor incondicional, RABAT Amor Infinito tiene las piezas más simbólicas y creativas. Dos corazones en malaquita, nácar, ónice, madreperla o turquesa —sumados al brillo y la sofisticación que aportan los diamantes— se entrelazan para formar el símbolo del infinito o, lo que es lo mismo, representar el amor sin interrupción ni fecha de caducidad. ¿No es este el enamoramiento que nos une al verano? El oro rosa adquiere un aspecto Mediterráneo gracias al color azul que nos transporta al mar; al blanco que nos sumerge en la espuma de una ola; o al verde que nos conecta con la naturaleza. Y todos ellos bañados por el brillo del sol que nunca se pone, el del oro rosa.