Queremos que los diamantes sean los testigos de nuestras historias más importantes: en pedidas, bodas, aniversarios e, incluso, en esas herencias familiares que van de madres a hijas o de abuelas a nietas, cargadas de amor y simbología. Hacemos que las joyas con las piedras más preciosas sean testigos de nuestras vidas. Y si nuestras historias son únicas ¿por qué no elegir los mejores diamantes para representarlas?

“La palabra diamante viene de Adamas, que significa indestructible. El diamante simboliza el amor que perdura en el tiempo a las adversidades”, explican el equipo de gemólogos de RABAT. “Todos los diamantes naturales son únicos. El diamante perfecto es aquel que escoges para regalar a esa persona que amas o a ti mismo, al conmemorar un momento especial en tu vida”. Es por ello que el magnetismo de estas piedras preciosas, capaces de capturar la luz y transformarla en un espectáculo de destellos, ha fascinado a emperatrices, reinas y coleccionistas durante siglos.
Aunque los diamantes se introdujeron en Europa mucho antes, no fue hasta el Renacimiento cuando los artesanos tuvieron las herramientas para tallar y potenciar su brillo. Las técnicas ancestrales de este oficio, que dio lugar a una de las primeras piezas con diamantes —el anillo que el archiduque Maximiliano le regaló a su prometida María de Borgoña en 1477—, se combinan en RABAT con otros procesos más innovadores, pero sin perder en ningún momento de vista el alma artesanal de este trabajo.
“Utilizamos tanto técnicas tradicionales como modernas para fabricar nuestras joyas. Las alianzas de boda se hacen a mano con herramientas de joyería tradicionales, pero también contamos con un equipo de diseño 3D para realizar nuestras joyas con diseños más intrincados: realizan bocetos en donde se refleja la idea que buscamos para así encontrar el diseño en el que las diferentes formas se combinan y crear una pieza única y digna de admiración”. Así es como se originó RABAT Diamonds, una de las propuestas más queridas de la firma.
Pero, ¿cómo nace una de estas piezas tan exclusivas? “Solo utilizamos diamantes naturales en nuestras creaciones. Los escogemos siguiendo el sistema de clasificación 4Cs creado por la Gemological Institute of America (GIA)”, explica el equipo de gemólogos de RABAT. Este criterio universal con el que se define el valor de los diamantes tiene en cuenta cuatro factores. En primer lugar, Cut (talla) es la clave para que el diamante refleje la luz: un buen corte maximiza el brillo y uno malo hace que la piedra sea más opaca. Color (color): la escala GIA —el instituto gemológico más reconocido internacionalmente, que desde 1931 trabaja en la educación y en la investigación sobre piedras preciosas— clasifica los diamantes de la D (totalmente incoloro) a la Z (con matices amarillos o marrones). Cuanto más incoloro, mayor es su rareza y valor.
Clarity (pureza) tiene que ver con las inclusiones que se forman en su interior cuando se quedan dentro materiales ajenos, o las imperfecciones que pueden tener en su exterior, causadas por acciones de desgaste como las abrasiones o rayaduras. Y, por último, Carat weight (peso en quilates) mide el peso del diamante (no su tamaño): un quilate equivale a 0,2 gramos, pero el peso no determina su tamaño. Tampoco establece la calidad de la gema, ya que es el conjunto de las 4Cs lo que determina la excelencia.
Aunque podemos pensar que los diamantes que presentan tonalidades son más exclusivos —esta es una excepción de color o Fancy—, lo cierto es que la ausencia de color aumenta la calidad de este. “Cada diamante natural es rigurosamente seleccionado asegurándonos que sean incoloros vistos desde la corona, que las inclusiones no sean visibles a simple vista, y que tengan proporciones que maximicen el brillo, el fuego y el centelleo, atributos que hacen del diamante un mineral único y digno de admiración”.
Más allá de los atributos de la piedra, para RABAT hay un factor aún más relevante que interfiere en que sus diamantes sean los más bellos: su origen responsable. “La sostenibilidad es muy importante para nosotros. Por ejemplo, el oro utilizado en las joyas propias de RABAT proviene de fuentes certificadas de acuerdo con las Directrices de Oro Responsable de la LBMA (The Independent Precious Metals Authority). También somos miembros certificados del Responsible Jewellery Council (RJC), organización líder mundial que promueve el establecimiento de estándares de sostenibilidad para la industria de la joyería y la relojería”. Y todos los diamantes RABAT se adquieren mediante los procesos de Kimberley (KPCS), una certificación internacional que garantiza la comercialización de diamantes de origen lícito y ético. Porque las mejores historias empiezan con las mejores obras.