Si los relojes mecánicos de pulsera son un delicioso anacronismo que cuenta con una gran legión de aficionados en todo el mundo, la relojería gruesa parece que ha perdido el favor del público. Una pena, porque esta rama de la industria posee una herencia y un encanto que atraparía la atención de muchas personas. Pero necesita un empujón para conseguirlo. El término en español tampoco es muy bonito: gruesa. Un recurso que nos ayuda con la falta en nuestro idioma, como ocurre en el inglés, para distinguir el reloj de pulsera (watch) de las piezas monumentales, de pared y de mesa (clocks). Solo algunas firmas aún se atreven a fabricar este tipo de productos. Y cuentan con una pequeña, pero muy fiel legión de seguidores, como Jaeger-LeCoultre con su icónico Atmos.
En este desolador panorama, solo una firma, dedicada en exclusiva a este tipo de relojes grandes, destaca de manera especial en la actualidad. “Y eso que estuvimos a punto de cerrar hace unos años”. Quien habla es Arnaud Nicolas, consejero delegado de L’Epée 1839. “Afortunadamente, vimos que la firma tenía un gran potencial de desarrollo y tuvimos la suerte de obtener una fenomenal respuesta del público”.

Hasta hace unos años, la estrategia de L’Epée 1839, como del resto de fabricantes similares, estaba centrada en la producción de relojes acordes con su gran herencia histórica de relojes de carruaje, unos preciosos instrumentos fáciles de identificar por sus cajas metálicas doradas y muy habituales en los salones de las casas de finales del siglo XIX. Dentro de esta categoría, L’Epée 1839 siempre disfrutó de un gran reconocimiento al convertirse en proveedora de la Familia Real Británica. Durante muchos años, un reloj L’Epée 1839 era el regalo elegido por la reina Isabel II para agasajar a sus invitados. Pero ese éxito fue el que casi acaba con la firma, que veía cómo las nuevas generaciones perdían el interés por este tipo de producto al considerarlo antiguo y pasado de moda.
Del reloj clásico al contemporáneo
L’Epée 1839 presume de ser una manufactura de pleno derecho. “Todos los componentes mecánicos los hacemos de manera interna. Contamos con 90 empleados y actualmente fabricamos 52 calibres diferentes”, apunta Arnaud Nicolas. “En el pasado, L’Epée era capaz de fabricar más de 200.000 escapes en un año. Mantenemos esta tradición con un catálogo donde no tiene cabida ningún aparato o recurso electrónico. Todos nuestros relojes son mecánicos”. La sede la compañía está en Delémont, un pequeño pueblo del Jura, a medio camino entre Biel y Basilea. Aquí producen sus propias creaciones y encargos de firmas externas, una lista que incluye nombres de prestigioso como Ulysse Nardin, CHANEL y Tiffany & Co.
El traslado a la Delémont ocurrió en 2009, en plena reconversión de la casa tras su compra por Swiza SA, un conocido productor de relojes de mesa, aunque de menor nivel que L’Epée 1839, y navajas. Entre los proyectos planteados por la nueva dirección estaba establecer una estrategia de producto de gusto más moderna, la cual se tradujo en la actual colección Contemporary.
Sin abandonar los métodos clásicos de construcción, la línea Contemporary acercaba los relojes de mesa a un público más moderno con unos diseños más sobrios, “donde la maquinaria es la absoluta protagonista”, apunta Nicolas. Un buen modo de comenzar una nueva etapa para una firma histórica.

El reloj como una escultura
Pero el paso decisivo para el despegue de L’Epée 1839 estaba aún por venir. Ocurrió en 2014, coincidiendo con el 175º aniversario de la fundación de la marca. Fue entonces cuando L’Epée 1839 colaboró con el siempre inquieto Maximilian Büsser, el fundador de MB&F. Ellos pondrían el diseño y L’Epée 1839 la capacidad de producción. De la mente de Büsser nació Starfleet Machine, un reloj de mesa con la forma de una nave especial, muy parecida a las que Büsser veía en sus películas favoritas de su infancia.

Aquel Starfleet Machine fue todo un éxito e inició una colaboración entre las dos firmas que ha sido esencial para convertir a L’Epée 1839 en una firma “cool”, además de dar la oportunidad a muchos aficionados a tener por primera vez en su colección un MB&F, aunque fuera de mesa.

Un año más tarde vino el fabuloso Melchior, reloj antropomorfo que parecía sacado directamente de una antigua película de ciencia-ficción. Sherman (2016), Balthazar (2016), Octopod (2017) y T-Rex (2019) son algunas otras de las creaciones que han elaborado de manera conjunta las dos firmas.
La pieza más reciente firmada por L’Epée 1839 y MB&F se produjo el año pasado con motivo de los diez años de colaboración, siendo la decimoquinta de la lista. Se trata del Albatross y sin duda es uno de los relojes más complejos y sofisticados creados nunca por L’Epée. El Albatross es un dirigible que podría haber salido perfectamente de la cabeza de Julio Verne, de 60 centímetros de longitud, 17 kilos, sonería y 32 hélices móviles. Una verdadera obra de arte relojera elaborada con 1.520 componentes.

La colaboración con MB&F abrió a L’Epée 1839 una extraordinaria puerta para modernizar la imagen de la firma y acercarla a un público más joven que no tiene por qué estar interesado en la relojería tradicional. Simplemente quiere disfrutar de un objeto bonito. Además, la manufactura de Delémont se ha abierto a colaborar con otros diseñadores y relojeros como la escocesa Fiona Krüger, (Vanitas), Kostas Metaxas (Requiem) o la prestigiosa escuela de diseño ECAL de Lausana (Time Flies).
Juguetes de lujo
Los trabajos con MB&F y otros diseñadores han catapultado la transformación del reloj mecánico en un objeto único similar a una escultura. Nicolas huye de esta comparación porque “el objeto artístico es fruto del deseo de expresión del artista, cosa que no ocurre aquí. Nosotros solo queremos hacer un objeto bonito y que la gente lo disfrute”. Porque la diversión es un factor importante para comprender el éxito de L’Epée 1839.

La Alta Relojería basa gran parte de su encanto en su capacidad de sorprender y seducir al aficionado. Si esto ocurre en los modelos de pulsera, era natural que también apareciera en las creaciones de mesa de L’Epée 1839. Se puede sorprender a través de la vista, como consiguen las colaboraciones con MB&F, transformando la naturaleza de objetos cotidianos como granadas, pistolas o antiguos coches de juguete.
Sin duda, Time Fast está entre las series que más éxito han tenido en la trayectoria reciente de L’Epée1839. Este nombre agrupa diferentes creaciones inspiradas en antiguos coches de carrera. Estos relojes no solo se disfrutan viéndolos, sino divirtiéndose con ellos, como lo haría un chico de siete años con su juguete nuevo. Un concepto lúdico del reloj que también aparece en las granadas de mano y que alcanza toda su lógica cuando se combina con un acabado impecable. Porque estos L’Epée 1839 son juguetes, pero juguetes de lujo. El acabado de todas las piezas es impecable. El referente mecánico está presente con la presencia de los escapes reguladores en posiciones siempre visibles. Los mecanismos, carentes de dispositivos electrónicos, están preparados para funcionar durante ocho días, aunque en algunos casos la reserva de marcha puede alcanzar los cuarenta días (Starfleet Machine).

Los aficionados buscamos en el reloj de pulsera un instrumento que defina nuestra personalidad y que nos invite a disfrutar de él constantemente. Un compañero para nuestro día a día. L’Epée 1839 nos demuestra que también podemos trasladar esta filosofía a nuestra casa o espacio de trabajo para hacerlo aún más personal.
O, por qué no, convertirlo en el regalo perfecto para una persona muy querida, a quien seguro sorprenderá cualquier de las propuestas de L’Epée1839, una firma que ha sido capaz de transformar algo pasado de moda en objeto de deseo de muchos aficionados. Así lo ha entendido el grupo LVMH, que hace menos de un año adquirió L’Epée1839. Un movimiento que será fundamental para dar a conocer sus creaciones en un mayor número de aficionados.
10 CREACIONES DE L’EPÉE QUE TE SORPRENDERÁN
1.- OVALE TOURBILLON FOUR QUARTERS
Pieza única creada con motivo del 180º aniversario de la fundación de L’Epée 1839 y que plasma de manera fiel los orígenes de la casa suiza y sus famosos relojes de carruaje. Fabricado en latón dorado, de 2,9 kilos y con indicadores de calendario, tourbillon y sonería de cuatro gongs.

2.- LE DUEL PERPETUEL
Una de las piezas más interesantes de la colección Contemporary, creada en 2009 para renovar la imagen tradicional de L’Epée 1839 entre las nuevas generaciones de aficionados. Es visible la evolución técnica, definida por sus creadores como una escultura cinética. Edición de doce piezas, de 20 centímetros de alto y reserva de marcha de cuarenta días.

3.- STARFLEET EXPLORER
L’Epée 1839 comenzó en 2014 su colaboración con la firma relojera MB&F, la cual ha sido fundamental en su trayectoria reciente. La primera entrega de esta asociación fue el Starfleet Machine, un reloj inspirado en las naves espaciales de las antiguas películas de ciencia-ficción, surgido de la mente creativa de Maximilian Büsser. Seis años más tarde se presentó esta versión más sencilla, bautizada Starfleet Explorer, de16,5 centímetros de diámetro y 0,7 kilos. Disponible en colores azul, verde y rojo.

4.- BALTHAZAR
Los robots han sido muy habituales en la lista de colaboraciones de L’Epée con MB&F. Entre las propuestas más conseguidas está Balthazar, un robot de doble cara cuya imagen bebe de la estética las películas de ciencia ficción de los años cincuenta. Mide nada menos de 39,4 centímetros y pesa 8,2 kilos. Sus brazos móviles están pensados para sujetar objetos como un bolígrafo, un cigarro o una copa de vino.

5.- HOT BALLOON
La colección Creative Art no se ciñe a MB&F. L’Epée también ha colaborado con otros diseñadores. La lista incluye a Margo Clavier, dentro de la asociación establecida con la prestigiosa escuela ECAL de Lausana. Clavier se inspiró en los primeros globos aerostáticos. La malla es capaz de girar creando un efecto visual hipnótico, la barquilla sirve para aportar energía al movimiento (ocho días), mientras la hora aparece en el quemador de aire caliente. Disponible en varios colores, el Hot Balloon, tiene una altura de 31 centímetros y pesa 3,9 kilos.

6.- T-REX
Todas las colaboraciones con MB&F tienen algo único, pero hay algunas que ya ocupan un puesto especial en la historia reciente de la relojería. Entre ellas está el T-Rex, un prodigio de diseño industrial. Sus patas articuladas permiten ajustar la altura del reloj a gusto del propietario. El cuerpo central se reduce a una pequeña esfera en cuyo interior se ubica el mecanismo del reloj, con reserva de marcha de 8 días. Dos pequeñas agujas indican la hora sobre una esfera realizada en cristal de Murano, disponible en rojo, verde o azul.

7.- GRENADE
Quien se piense que un reloj de mesa es un objeto aburrido, debería ver esta propuesta tan “explosiva”. La granada sin duda ha sido una de las creaciones más exitosas, y también controvertidas, de L’Epée 1839. La casa ha transformado para la ocasión esta mortífera arma en un reloj de aluminio de apenas 12 centímetros de altura y 620 gramos, con un peso muy similar al de una granada real. Como es habitual en L’Epée1839, la interacción con el reloj es un elemento básico. En este caso se realiza por medio de la espoleta, que sirve para cargar la maquinaria (8 días de reserva de marcha) y ajustar la hora. La fotografía corresponde a colaboración con The Dial Artist, todas ellas piezas únicas.

8.- TIME FAST DB
Los coches han sido una de las imágenes más recurrentes de la nueva etapa de L’Epée1839. Gran parte de su éxito se debe a la parte sentimental que nos recuerda, sobre todo a los chicos, los coches de juguete que teníamos cuando éramos niños. Y el Time Fast DB es precisamente eso: un juguete tan bonito como funcional: el reloj se carga arrastrando las ruedas hacia atrás, la hora aparece en el lado izquierdo de la carrocería, la cúpula del escaparate simula el casco del piloto, mientras la hora se ajusta a través del volante.

9.- TIME FAST II
Las posibilidades creativas de estos coches “relojeros” son infinitas y se adaptan a las diferentes épocas y estilos de los constructores más famosos. El Time Fast II ha sido una evolución del DB tanto en el plano estético como en el funcional. La carrocería se inspira en los grandes deportivos de los años sesenta. En cuanto a la maquinaria, el número II del nombre hace referencia a los dos mecanismos que incluye en esta ocasión: uno para la indicación del tiempo y otro para el funcionamiento de un movimiento autómata que reproduce la secuencia del motor ocho cilindros del motor. Al igual que un coche normal, la puesta en marcha se realiza mediante una llave ubicada en el salpicadero. El Time Fast II mide 45 centímetros de largo y pesa 4,7 kilos.

10.- WATCH BOX
Ha sido la gran novedad de L’Epée 1839 para esta primera mitad del año y marca un nuevo hito en la trayectoria de la casa al ser su primera creación no relojera. Como su nombre indica, Watch Box es un estuche pensado para guardar un reloj de pulsera. Está fabricado en acero y metacrilato para tener una visión óptima en todo momento de la pieza que queramos guardar en su interior. Como buen producto de L’Epée, Watch Box carece de elementos electrónicos. Todos los accionamiento son mecánicos. La energía necesaria para abrir el estuche la acumula el mecanismo después de haber cerrado su tapa. Tiene un ancho de 14 centímetros y pesa 3,4 kilos.
