Icono de la relojería del siglo XX, en estos setenta años de existencia hemos podido ver cómo el Navitimer se transformaba de instrumento técnico para pilotos profesionales en un fenómeno social, visible en las muñecas de famosos como Miles Davis o Serge Gainsbourg. En todo el mundo encontramos seguidores que conocen al detalle la historia y evolución de este reloj presentado en 1952. Incluso los recién llegados a la relojería sabrán reconocerlo gracias a su peculiar estética, con un finísimo bisel que da paso a una enorme esfera y su famosa regla de cálculo.

Breitling sabe que tiene una leyenda entre sus manos y ha tenido especial cuidado a la hora de realizar esta puesta al día. Para ello se han incorporado una serie de mejoras técnicas y estéticas con el fin de hacerlo más práctico y atractivo. Por otra parte, encontramos los detalles que definen su carácter e incluso se han incorporado ciertos guiños que hacen referencia a los orígenes mismos de la colección. El resultado es un reloj indiscutiblemente moderno, preparado para gustar tanto a hombres como a mujeres, pero que aún conserva el encanto de las creaciones legendarias.
Qué hace especial al Navitimer
En pocos relojes como el Navitimer la función y la forma van tan asociadas. Esta unión define la personalidad del reloj y explica en gran parte su éxito. El Navitimer es un cronógrafo, pero no uno cualquiera. Lleva una regla de cálculo, una decisión de Willy Breitling, que ya la había incorporado en el antiguo Chronomat. La novedad en este caso fue asociarla a un bisel giratorio.
La presencia de esta regla de cálculo en el bisel giratorio obligó a Willy Breitling a diseñar un reloj con un bisel finísimo, con un gran cristal que cubría toda la esfera, la cual se veía enorme. Mucho más si tenemos en cuenta su diámetro original de 41 milímetros, tamaño habitual hoy en día, pero formidable para la época, incluso en un instrumento de aviación como el Navitimer.

Extraordinario, revolucionario y único en su momento, el Navitimer ha sido capaz de sortear el paso del tiempo y constituirse en un icono de la relojería de aviación. Curiosamente, la peculiar solución estética ideada por Willy Breitling de un frontal sin apenas bisel se ha popularizado en nuestros días, con muchos modelos del mercado luciendo esta singular acabado. Por esta razón también encontramos hoy en día al Navitimer tan moderno y actual, a pesar de apenas haber cambiado su imagen en estos setenta años de existencia.
Navitimer, el primer reloj “inteligente” para la muñeca
Presentado en 1952, el Navitimer surge de una petición realizada por la Aircraft Owners and Pilots Association (AOPA son sus siglas) a Willy Breitling de un reloj para sus miembros. En el pliego de requisitos, que el reloj fuera a la vez un instrumento práctico con el que realizar diferentes tareas y cálculos para sus vuelos. Esta petición se ve satisfecha con la inclusión de la mencionada regla de cálculo, que Willy Breitling ya ha usado en el Chronomat de la anterior década.
Los miembros de la AOPA acogen con entusiasmo el Navitimer que les ha diseñado Breitling. Gracias a su regla de cálculo, sus usuarios pueden ahora realizar operaciones matemáticas, como una conversión de millas a kilómetros, en apenas unos segundos y con un sencillo movimiento del bisel. Atendiendo a sus compradores originales, el primer Navitimer vendrá solo acompañado del logotipo de la AOPA y solo podrá ser adquirido por sus miembros.

Consciente de su potencial, Willy Breitling no duda en comercializar el Navitimer unos años más tarde, ya con el logotipo de Breitling en la esfera y con la referencia 806, la misma con la que hoy en día es recordado el Navitimer entre sus seguidores. El mercado supo pronto valorar en el Navitimer las mismas virtudes que habían encontrado en él los socios de la AOPA. Era un reloj que multiplicaba su funcionalidad con la incorporación de la regla de cálculo hasta convertirse en una especie de primitivo smartwatch, antecedente de los modernos dispositivos que usamos actualmente.

El Navitimer fue evolucionando con el paso de los años y adaptándose a los cambios y gustos de las nuevas generaciones, aunque sin perder nunca la esencia del modelo original de 1952. Los años sesenta vieron la llegada de las versiones ‘panda’, mientras el cambio de década supuso la introducción de los movimientos automáticos. Incluso en los años más duros de la crisis del cuarzo, Breitling siempre tuvo en su catálogo un hueco para el Navitimer como icono de la relojería de aviación. Un privilegiado estatus que conserva en la actualidad.
Una puesta al día que mira a los orígenes de la colección
Breitling ha aprovechado la celebración del septuagésimo aniversario del reloj para realizar una profunda puesta al día del Navitimer. Como decíamos antes, los cambios se centran en la mejora del producto, sin perder su esencia. El más evidente ha sido simplificar la esfera con la eliminación de la escala taquimétrica. Un sutil cambio que mejora la legibilidad de una superficie ya bastante completa.

El nuevo Navitimer B01 Chronograph se diferencia de las versiones anteriores por la eliminación de la escala taquimétrica, para mejorar le legibilidad de la esfera, y la colocación de la ventana de fecha a las 6 horas.
También vemos cómo la ventana de fecha pasa a una posición más natural junto al índice de las 6 horas, algo que sin duda mejora su lectura.
Los cambios también afectan al exterior del reloj, aunque en un nivel casi imperceptible por el usuario. Deberíamos decir mejor que no se ven, pero sí se sienten. Porque la modificación de la longitud de las asas o la menor altura de la caja han mejorado sensiblemente la ergonomía del Navitimer para hacerlo aún más cómodo de llevar, a pesar de su gran diámetro. Y un último detalle que sin duda no ha pasado desapercibido para los seguidores del Navitimer. El reloj viene acompañado del logotipo alado de la AOPA, tal como llevaba el primer Navitimer. Un precioso guiño al origen de la colección.

Una oferta pensada para satisfacer todos los gustos y necesidades
Aparte de los cambios referidos, si hay un elemento que destaca del nuevo Navitimer B01 Chronograph es la amplísima oferta con la que llega al mercado. Breitling ha preferido formar una nutrida selección de alternativas desde el primer momento para que sea más fácil para los aficionados encontrar la versión que mejor se adapta a sus gustos y necesidades. El reloj se presenta en tres tamaños de caja. El modelo más pequeño es de 41 milímetros, el mismo diámetro que tenía el modelo original de 1952 y que, por tanto, se ofrece como la opción más fiel para los seguidores más ortodoxos del Navitimer. Los otros dos tamaños son en 43 y 46 milímetros, los diámetros que se venían usando en la colección hasta ahora. En cuanto a los materiales, la opción de caja de oro rosa está disponible en una referencia para cada uno de los tres tamaños de caja, con el resto de las referencias realizadas en acero, ya vengan acompañadas de correa de cuero o brazalete metálico.
El Navitimer se rinde al encanto del color
Aunque es el color el factor que más llama la atención. Todas las nuevas referencias tienen en común el acabado ‘panda’ que ya usó Breitling en los años sesenta y que consiste en el acabado de los contadores y el realce interior en contraste con el resto de la esfera. Este acabado es usado actualmente por Breitling como un modo para identificar sus cronógrafos equipados con un movimiento manufactura.

No falta en la colección el acabado canónico de esfera negra con los contadores en blanco, aunque ahora la oferta va mucho más allá. El azul, el cobre y el gris se abren paso en una colección que busca la complicidad con las nuevas tendencias y que no tiene miedo en arriesgar con propuestas más extremas. Así lo vemos en la versión verde menta, la cual sin duda ya se ha destacado entre las favoritas de los seguidores del Navitimer.
Una edición exclusiva para España
La buena relación que Breitling mantiene con nuestro país se ha materializado a lo largo del tiempo en diferentes ediciones especiales de compra exclusiva en España. Esta lista acaba de ampliarse con una nueva referencia del Navitimer B01 Chronograph. Esta edición, disponible solo para el mercado nacional, se distingue por su elegante carátula verde oscura en acabado soleado, con los contadores y el realce de la regla de cálculo en blanco para crear el contraste que identifica a todos los modelos de la colección.

La versión escogida para esta edición exclusiva parte del modelo con caja de acero de 43 milímetros de diámetro. Viene acompañada de una correa de piel de caimán en tono oro marrón, con cierre desplegable de acero. La edición está limitada a solo 100 piezas, todas ellas grabadas con su correspondiente número individual de la serie en el marco de acero del fondo de la caja.
El Calibre B01, de los mejores movimientos del mercado
El Navitimer B01 Chronograph no ofrece novedad en el apartado mecánico. Breitling sigue confiando en el más que contrastado Calibre B01, el primero desarrollado y fabricado por la propia firma en el siglo XXI. Lanzado en 2009, el Calibre B01 es un movimiento de robusta construcción. Entre sus características técnicas destacan la regulación del cronógrafo mediante rueda de pilares y su reserva de marcha de 70 horas. Como es habitual en Breitling, todos los movimientos cuentan con el certificado oficial de cronometría COSC. Y un detalle no menos importante: a diferencia de los antiguos modelos, ahora todos los Navitimer B01 Chronograph llevan fondo transparente de zafiro que permite ver la decoración del mecanismo.

El Navitimer, un reloj preparado para conquistar al público femenino
Es verdad que la imagen más recurrente que todos los aficionados tenemos del Navitimer sea la del B01 Chronograph, pero la colección hoy en día va más allá de esta icónica referencia. Breitling nos sorprendió en 2018 con el lanzamiento de una versión con bisel giratorio con regla de cálculo, pero un formato de tres agujas.

El Navitimer Automatic está disponible en tres tamaños diferentes: 35, 38 y 41 milímetros. Los dos primeros abren la colección al público femenino e incluye acabados en diferentes materiales y acabados de esfera. Como curiosidad, el Navitimer Automatic recupera el acabado perlado para el perfil del bisel, un recurso ya usado en las primeras versiones del Navitimer de principios de los cincuenta.
Navitimer Cosmonaute, el reloj que conquisto el espacio

La renovación del Navitimer en 2022 no queda limitada a los B01 Chronograph. Breitling también ha realizado una puesta al día del Cosmonaute, una versión muy especial del Navitimer comercializada por la firma en los años sesenta y la cual destacaba por su indicación horaria de 24 horas. Esta característica técnica fue esencial para que el astronauta Scott Carpenter lo escogiera para llevarlo en la misión Mercury-Atlas 7, la cual despegó el 24 de mayo de 1962. La razón de esta elección era obvia: en rotación constante alrededor de la Tierra, sin posibilidad de distinguir el día de la noche, la indicación de 24 horas en la esfera del Cosmonaute no ofrecía dudas al astronauta a la hora de consultar su reloj. El nuevo Navitimer Cosmonaute está disponible en doble edición limitada de 362 ejemplares, con correa de piel o brazalete metálico. La caja tiene un diámetro de 41 milímetros y está realizada en acero y platino.